martes, 11 de agosto de 2009

Somos Pacífico

18 de mayo de 2008

Hace no mucho SM Giunëur Bomani Mosi me pidió escribir una columna para Barûle Gazette y no sabía cómo comenzar pues nunca había decidido plasmar en papel (o en archivo electrónico) mis pensamientos acerca de la Madre Tierra. Pero creo que el momento ha llegado y quiero agradecer a Giuneür el haberme dado la excusa para hacerlo. Y decidí comenzar por algo que me ha dado vueltas en la cabeza, y es la identidad de los habitantes del Pacífico y sus hijos.

Aunque soy nacido y criado en Bogotá, el origen de mi padre, nacido en Lloró, justo en ese rinconcito hermoso donde el Andágueda se une al Atrato, me ha llenado de orgullo. Tanto es así, que con todo y mi acento rolo me siento muy chocoano. También le profeso afecto al Quindío, tierra de mi madre, pero ante todo me siento chocoano. Y como chocoano de alma y corazón he pensado mucho en el significado de esta identidad, y aquí en las páginas de Barûle, quiero compartir esas reflexiones.

Para mí, hay tres conceptos de Chocó: Uno, el departamento. Esa división política al noroccidente de Colombia que en 1906 desprendieron del entonces departamento del Cauca. Dos, el Chocó Biogeográfico, una región de excepcional riqueza hidrográfica y de biodiversidad que se extiende desde el oriente de Panamá y el Golfo de Urabá hasta el norte de la costa Peruana sobre el océano Pacífico. Y tres, el Reino de Barûle, concepto que debemos a Giunëur Bomani Mosi. Los tres están íntimamente relacionados, pero hay diferencias. Y como idealista y soñador que soy, me gustaría ver una amalgama de todas ellas.

Siempre que voy al Chocó me siento como en África. El aspecto de su gente, de sus calles, de sus bosques, la expresividad de los chocoanos, su cocina, su música… He visitado comunidades negras en E.U. y ninguna parece africana a pesar del color de piel de sus gentes. Mientras, en un festival de comida africana un chocoano se sentiría comiendo en la casa (al menos así me sentí yo). En el Chocó se respira Mamá África en cada esquina. Pero no sólo allí. La costa de los departamentos de Valle del Cauca, Cauca y Nariño es una extensión del Chocó, y allí no para la cosa. La costa ecuatoriana y el norte de la costa peruana parecen calcadas de nuestro Chocó querido. ¿Porqué nos tienen divididos?

Hay razones históricas, políticas y económicas. Para no entrar en detalles podemos decir que la razón principal es la necesidad que tienen los interioranos de acceder al mar por razones comerciales. Incluso Antioquia desde hace mucho ha tenido ganas de anexar al Chocó por esa misma razón, y muchas veces tratan al Chocó como su patio trasero. Alguna vez en una conferencia científica a la que asistí un paisa se refirió a los chocoanos como “nuestros hermanitos menores”, y no de la forma respetuosa en que los Kogis y los Arhuacos se refieren a los occidentales. Esa unidad cultural a la que Choc Quib Town se refiere en su canción “Somos Pacífico” ha sido fragmentada por intereses regionales del interior, y también por la separación del Ecuador de la Gran Colombia en el siglo XIX.

Yo quisiera proponer una ampliación del Reino de Barûle para lograr una reunificación geográfico-cultural que fusione el concepto de Chocó Biogeográfico y lo expresado en “Somos Pacífico” de Choc Quib Town, incluyendo en esa Nación Pacífico a los hermanos afro del Ecuador y Perú. En esa unidad, llámese Reino de Gran Barûle, República de Barûle, o República del Pacífico, existiría una coherencia étnica y cultural, espiritual y geográfica, que ayudaría a acabar con los sinsentidos de hoy en día. Nos daría un sentido de pertenencia y un motivo de orgullo que nos empujaría a luchar como nación y salir adelante sin los complejos que todavía llevamos como lastre. Sería un incentivo para acabar con la corrupción de las clases políticas actuales y aprovechar el inmenso talento que se encuentra entre los Barûleños (se me ocurre que seríamos potencia futbolísitca en cuestión de pocos años).

De esa Nación Pacífico o Gran Barûle, han salido personas que han sido clave para la historia, la culinaria, la música y el deporte de Colombia, Ecuador y Perú. Perfectamente podríamos salir adelante como un sólo país, aprovechando los recursos naturales y humanos que tenemos. Podríamos ser ejemplo de desarrollo sostenible, impulsando el turismo ecológico y la investigación científica (el Chocó biogeográfico tiene una importancia inmensa en las ciencias biológicas, y podríamos mejorar el modelo desarrollado por Costa Rica). Como potencia hídrica podríamos exportar energía a los países vecinos y podríamos ser pioneros en la producción de biocombustibles utilizando cultivos de micro-algas que podrían establecerse en la costa sur de la República, en la actual frontera peruano-ecuatoriana (las microalgas son mucho más eficientes que cualquier cultivo agrícola y requieren relativamente poco espacio para su producción). Podríamos ser potencia en el desarrollo de tecnologías ambientalistas en diseño y construcción de edificaciones (en pueblos y ciudades). Así incluso los Barûleños más pobres tendrían acceso a viviendas dignas que formen parte del paisaje en lugar de destruirlo, con sistemas adecuados de surtido de agua, desagüe y purificación de desechos. El lema del desarrollo sería eficiencia y preservación del medio ambiente. Seríamos albaceas dignos de las riquezas naturales del país e incluiríamos la filosofía y la visión de nuestros primos indígenas (emberás, kunas, waunanas…), quienes por supuesto serían parte integral de la nación.

Soy idealista y soñador, y estas características vienen principalmente de mi lado chocoano. Soñar con la República del Pacífico o del Gran Barûle y su desarrollo es el primer paso para dejar la miseria atrás y abrazarnos con nuestros hermanos formando un solo pueblo. Un pueblo africano e indígena. Un verdadero pueblo AfroAmericano.

Ann Arbor, Michigan, E.U., 18 de mayo de 2008.
Para Barûle Gazette

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente… pero debemos dejar de soñar y empezar a construir, por que nadie va a construir por nosotros.
“Descubrí que Somos nuestros propios redentores”

Almawi
jayanez@entel.cl

MAL dijo...

MALEJEMPLO

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Convoca

A la población afrodescendiente: actores, actrices, músicos, bailarines; con o sin experiencia, mayores de 14 años, a participar del proyecto escénico: LOS CINCO MISTERIOS DE UN GENOCIDIO.

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