martes, 11 de agosto de 2009

A propósito del Día de la Independencia

27 de julio de 2008

La semana pasada estuve escribiendo acerca de los detalles legales absurdos en el proceso de la liberación de los esclavos en Colombia en 1852, luego de la promulgación de una ley en 1851. También hablé del papel que los afrodescendientes de inicios del siglo XIX desempeñaron en las guerras de independencia en América Latina, especialmente Sur América, y por andar concentrado en ello dejé pasar la oportunidad de hablar de lo que la independencia de Colombia significa para nosotros, los Afro. Era la semana del 20 de julio y sólo caí en cuenta después de leer la editorial de Giunëur Mosi y la columna de Mario Alonso Sánchez (Cara a cara con Maítho). Pues bien, es hora de enderezar el camino y hacer referencia al hecho, complementando lo escrito en mi columna anterior.

Hablé del papel de los afrodescendientes en el proceso independentista, pero no comenté lo que la independencia de Colombia significa para nosotros. ¿Podemos realmente celebrar una fecha en la que nuestros ancestros fueron embaucados descaradamente? La respuesta no puede ser un 'sí' o un 'no' a secas, sino que es una cuestión de opinión que depende de muchos factores. Desglosemos algunos de ellos:

- Colombia es un país multiétnico desde sus orígenes. Aunque las fronteras hayan sido establecidas por reyes españoles que sólo tenían en mente saquear esta tierra, y luego re-definidas por criollos que no eran más que españoles discriminados por no haber nacido en la península ibérica, nuestra nación fue construida sobre los hombros de indígenas y afrodescendientes. La nación colombiana es tan nuestra como lo es de los descendientes de europeos.

- El papel de los afrodescendientes en el proceso de independencia de Colombia es innegable. Sin ellos (o mejor dicho nosotros) el ejército libertador no habría contado con fuerzas suficientes para derrotar a los realistas. Si bien muchos fueron reclutados a la fuerza, muchos se unieron al ejército para ser libres en un país nuevo y libre. Muchos de nuestros ancestros decidieron que valía la pena pelear por esta causa.

- La figura principal de la liberación del norte de Sur América fue Simón Bolívar. Sin él probablemente habríamos tenido que esperar muchos años más para que tanto criollos, como indígenas, esclavos afro, y todos sus descendientes, mezclados y sin mezclar, pudiéramos conformar una nación. Pero Bolívar dependió de afrodescendientes en varios momentos cruciales de su vida. Fue criado e incluso amamantado por una esclava llamada Hipólita, quien le brindó no sólo el elixir de su propio cuerpo, sino también el afecto que un niño necesita. En 1815 y 1816 fue acogido y fortalecido por el afrodescendiente haitiano Alexandre Petión, quien en dos oportunidades brindó fondos, armas y municiones a su campaña con la condición de liberar a los esclavos una vez fuera culminada. Y no podemos olvidar al coronel Juan José Rondón, afrodescendiente comandante del escuadrón de 13 lanceros que salvaron al ejército libertador, comandado por Bolívar, de una derrota decisiva en la batalla del Puente de Boyacá en agosto de 1819. Los “centauros” de los que se habla en el Himno Nacional estaban comandados por un afrodescendiente fuerte, valiente y orgulloso. Aquel a quien el Libertador lanzó la famosa frase “¡Coronel, salve usted la patria!”. Y la salvó.

- La libertad de Colombia llegó y se conformó la República, hoy llamada “Gran Colombia” para distinguirla de la República de Colombia actual que en realidad corresponde a lo que era la República de la Nueva Granada cuando Colombia se disolvió en 1830. Pero nuestra libertad no llegó hasta mucho después, y sólo el punto de vista legal. Esperamos hasta 1852 para ser legalmente libres, pero no por eso felices. Allí comenzaron muchas penurias por las que aún hoy pasamos y con las que iniciativas como Barûle Gazette intentan ayudar a eliminar. La independencia de Colombia, a pesar de nuestro papel clave, no equivale a la independencia del pueblo afro colombiano.

Entonces, ¿celebrar o no celebrar la independencia de Colombia? En mi opinión sí. Porque esa independencia no se habría logrado sin nosotros y de eso debemos estar orgullosos. PERO (las mayúsculas son muy a propósito), teniendo en cuenta que no debemos olvidar que fuimos estafados por una clase dirigente criolla, mayoritariamente española (aunque hayan nacido aquí), que con bellaquería nos negó la libertad por muchos años pues su economía personal dependía de la esclavitud, condenándonos a sufrimientos que, derivados de esa negligencia infame de la que fuimos víctimas, aún hoy padecemos,

¡Viva Colombia!, pero Afro-Colombia aún sufre, aún lucha, aún busca su independencia (y no hablo de montar país aparte, porque el Reino de Barûle no es in intento por desmembrar a Colombia), aún busca su plena libertad. La independencia de Colombia se puede celebrar, pero con la conciencia de que a nosotros aún nos falta y que algún día podremos celebrar el nacimiento de Colombia como nación, y además el nacimiento de la nación Afrocolombiana digna, con el respeto y el reconocimiento que se merece. Una nación Afrocolombiana libre, con igualdad de derechos, con representación en el gobierno, y con un nivel de vida igual al de los demás colombianos.

Ann Arbor, Michigan, E.U., 27 de julio de 2008
Para Barûle Gazette

1 comentario:

Lycus Sylla dijo...

colombia tierra de indigenas ,blancos y mestizos y este ultimo es la mezcla de los dos anteriores....
los negros no tienen nada que ver con nuestras raices ...los negros deben de volver a africa y dejar de estorbar a los blancos y mestizos y a un a los pueblos indigenas en la lucha insaciable de progreso de colombia..para esto que se vaya la raza mas inferior y asquerosa de planeta..hail hirtler