martes, 11 de agosto de 2009

Los peligros del Afrocentrismo

29 de noviembre de 2008

En incontables columnas en esta gaceta hemos hablado de la importancia de educarnos para poder resistir los ataques racistas que vienen de varios frentes (diversos grupos étnicos) y vencer las barreras que la sociedad racista nos impone. Necesitamos educarnos, principalmente, en historia, pero también un poco en genética, antropología, sociología y psicología, todas ellas afro. Aprendiendo acerca de estos temas en lo relacionado con sociedades africanas y afrodescendientes es como lograremos valorarnos como se debe, y responder a los argumentos infundados de los racistas. Estos argumentos generalmente serán débiles, y si tenemos una base de conocimientos sólida no será problemático rebatirlos. Además una buena educación proporciona confianza y fuerza para evitar los complejos de inferioridad. Pero, debemos tener cuidado.

Nuestra lucha es contra el racismo; una lucha por la igualdad de condiciones y oportunidades, no sólo en Colombia sino también en el mundo entero. No debemos llegar al punto en que nos volvamos arrogantes y creamos que nuestra “raza” (esa gran colección de grupos étnicos afro en África, América, Europa y el cercano oriente) es superior al resto del mundo. Como quien dice, a pesar de apoyar esfuerzos como Barûle Gazette, que están dedicados a asuntos afro, no podemos caer en el afrocentrismo, cometiendo el mismo error que otros, principalmente los “blancos” occidentales, han cometido.

Iniciativas pro-afro y anti-racistas son una respuesta a los siglos de opresión que hemos sufrido a manos de las culturas antiguamente esclavistas, pero no deben tener como finalidad subyugar ni humillar a ningún pueblo, sino para establecer y fortalecer nuestra posición como iguales a los demás. Como hermanos de otras naciones, no como sus superiores, pues no lo somos.

La analogía de un péndulo viene siendo bastante útil en este caso. Así como en asuntos como los sistemas políticos democráticos, por ejemplo, cuando durante un tiempo se vive bajo un régimen derechista, eventualmente la opinión pública va a cambiar y elegir un régimen izquierdista, que a la larga cometerá errores hastiando al público, que devolverá el péndulo hacia la derecha, de la que el público se cansará, etc. Así el péndulo va de un lado a otro constantemente. En cuestiones de igualdad racial el péndulo está, y ha estado por unos 500 o 600 años, en el eurocentrismo. Nuestro esfuerzo es traerlo hacia el centro, sin dejarlo ir hacia el afrocentrismo. Claro, mientras lo traemos al centro también hay una pugna para que no se nos vaya hacia otros lados (este es un péndulo que puede oscilar no sólo en un arco sino también en una semiesfera), como el indocentrismo, el chinocentrismo (¿se dirá así?), o el amerindiocentrismo (¿existirá esta expresión?).

Tanto en África, como en varios países americanos se han visto ejemplos de individuos y movimientos afrodescendientes que en su lucha anti-racista llegan al extremo de pregonar la superioridad afro o de proponer un regreso masivo al África para conformar sociedades exclusivamente afro. Aparte de la imposibilidad práctica éstas propuestas, también adolecen de un error conceptual: Aislar a los afro del resto del mundo no es una solución. ¡No puede ni debe ser una solución!

El desarrollo de la humanidad, tanto desde el punto de vista de sociedad como del tecnológico, nos ha llevado a un punto en el que el aislamiento es contraproducente. La sociedad global actual depende de la colaboración de pueblos y naciones, del comercio entre ellas, y no de la opresión de unos, basada en una supuesta superioridad “comprobada” por la fuerza. Y es precisamente allí donde no queremos llegar y ni siquiera apuntar.

Si hay algún ‘centrismo’ al que nos conviene llegar es al antropocentrismo. Un antropocentrismo de corte cosmopolita, que reconozca la importancia de todas las sociedades y culturas en el avance de la humanidad. Todas han hecho aportes de índole variada que de una u otra forma nos han traído al punto en el que estamos como especie. El eurocentrismo nos ha demostrado cuál camino NO debemos tomar. No cometamos el mismo error cayendo en el afrocentrismo pero, eso sí, sigamos nuestra lucha por reivindicar los valores y la cultura afro como una parte esencial de esa sociedad cosmopolita y antropocéntrica a la que queremos llegar… al menos a nivel cultural, porque en términos de medio ambiente tenemos que alejarnos del antropocentrismo. Pero esa es otra historia para otra gaceta.


Ann Arbor, Michigan, E.U., 29 de noviembre de 2008
Para Barûle Gazette

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El afro-centrismo es lo único que va quedando al final, por más que se desease ubicarlo en el centro de la balanza, si es que en el fondo esto fue así alguna vez.

Los nordicistas de antaño carecían de una ciencia antropológica avanzada y la situación en la vieja Africa les inclinaba a teorías racistas, hubiera sido dificil que pensaran de otra forma. El afro-centrismo actual, sin embargo, no se encuentra en la misma situación y está resultando, lamentablemente, un crisol de sentimientos revanchistas y fantásiosos, que puede crear un movimiento similar de signo contrario. Es lamentable como en algunos aeropuertos de Africa hay personas que insultan y amenazan gratuitamente a los viajeros blancos, al estilo más cejijunto que uno podía imaginar. Habría que averiguar quienes han sido los mentores de este movimiento, en mi opinión son grupos que juegan a dos bandas para su propio beneficio y que solo buscan el desencuentro y el conflicto. Resulta especialmente ridícula la idea de que a los negros "les han robado su cultura" así como sus cerebros. Hasta ahí podíamos llegar. Los británicos, padres del euro-centrismo fueron invadidos por Roma y no se quejaron de robo alguno. Los españoles se vieron inmersos en el Islam o reicibieron la "invasión" cartaginesa, almoravide o la romana (a los niños astures les cortaban la mano derecha para que no pudieran levantar la espada contra Roma) y ninguno dice que les "robaran" su cultura. A Alemania le robaron todas sus patentes y se llevaron como esclavos a sus mejores científicos (URSS-EEUU) y no solo no se quejan de este evidente "robo" sino que han seguido adelante tragandose su derrota. El victimismo es un arma muy pero que muy peligrosa, y no lo es menos para los que deciden ir de victimas. El racismo afro (que es lo que al final está quedando de todo esto) es penoso y no se ha hecho practicamente nada para que no sea así, porque no ha habido un verdadero interés para evitarlo. Es una opinión, claro.

Punto Eurotech dijo...

Para un conocimiento más en detalle y sin dramatismos de estas cuestiones recomiendo: El libro de Antumi Toasijé: Si me preguntáis por el Panafricanismo y la Afrocentricidad: Artículos, conferencias, discursos y entrevistas... Que puede encontrarse en: http://www.bubok.es/libros/225820/Si-me-preguntais-por-el-Panafricanismo-y-la-Afrocentricidad-Articulos-conferencias-discursos-y-entrevistas