martes, 11 de agosto de 2009

Maestros de maestros

27 de junio de 2009

Hace unos días participé en una discusión, en Facebook, acerca de la columna “La hora de los negros”, de María Elvira Bonilla, para El Espectador (14 de junio de 2009). La discusión se centró sobre la percepción que la periodista tiene de los afro, de algunos comentarios que sobraban en su columna y la intención de la misma (yo pienso que la columna era bien intencionada, pero algunas personas estaban en desacuerdo). Al margen de los temas alrededor de los que giró la discusión hubo algo que me llamó la atención: Es la primera vez que he visto que en un medio informativo de circulación nacional se hace mención de la generación de los educadores chocoanos que, hace 50 y 60 años, se dispersaron del país para impartir una educación de calidad a colombianos de otras regiones donde no había suficientes maestros.

Este hecho es bien conocido para mí, pues mi padre pertenece a esa generación, e incluso lo he comentado en esta columna (“Diáspora Afrocolombiana”, junio de 2008), pero no creí que alguien que no fuera chocoano llegara a reconocer el mérito de los integrantes de esta generación. Aprovechando el comentario de María Elvira Bonilla, quiero profundizar en el significado de esta primera diáspora afrocolombiana, pues quienes la conformaron merecen nuestra admiración, respeto y reconocimiento.

La Primera Diáspora Afrocolombiana se gestó en la Escuela Normal de Varones de Quibdó en los años 40 y 50. Allí se estudiaron chocoanos que vieron en la educación (¡y cuánta razón tenían!) una forma de luchar contra la pobreza y salir adelante. Y no solamente se educaron, sino que además se educaron en cómo educar, y es allí donde radica la gran fortaleza de quienes integran esta generación. El resto del país no tardó en darse cuenta de la gran calidad de maestros que la Normal de Varones estaba produciendo, y comenzaron a ofrecerles trabajo en regiones alejadas del Chocó querido, donde necesitaban maestros de calidad para educar a sus estudiantes.

Antioquia, Cundinamarca, Meta, Huila y Boyacá son algunos de los departamentos a donde la Primera Diáspora llevó conocimientos en “las artes y las letras” (como rezaba el himno de la Normal), pero eso no fue todo. Estos hombres se convirtieron en verdaderos embajadores del Chocó y de Afrocolombia: A donde quiera que fueran llevaban alegría, música, habilidades y conocimientos en deportes, y su piel. En muchos lugares fueron los primeros afro que los estudiantes vieron en sus vidas. Con toda esta carga de cultura y conocimientos, e inspirando el respeto que maestros de su calidad inspiraban, abrieron mentes y abrieron caminos. Abrieron un mundo de posibilidades para sus estudiantes, sus amigos y para las familias que en muchos lugares estaban fundando.

El aporte de estos pioneros chocoanos es invaluable. Aunque nunca vamos a poder recompensarlos lo suficiente, por lo menos debemos hacerles saber que aún hoy, más de medio siglo después del inicio de sus peripecias por la geografía colombiana, reconocemos la importancia de su obra, que en muchos casos aún continúa. Sus hijos tenemos una deuda especialmente grande con ellos, pues allanaron el camino para que nosotros pudiéramos caminar por el país y el mundo con la frente en alto, listos para repeler los ataques de los ignorantes que todavía creen en la inferioridad afro. Cuando pienso en lo que hicieron por nosotros no me queda más que hinchar el pecho con orgullo. Orgullo de hijo y orgullo afro. Es un orgullo que todos debemos sentir, pues ellos fueron y son embajadores de todos nosotros. Todavía tienen mucho qué enseñarnos y nuestro deber es aprender de ellos y atesorar sus enseñanzas.

Desde este rinconcito de Barûle Gazette, mil gracias a los integrantes de la Primera Diáspora Afrocolombiana por todo lo que han hecho por nosotros. Gracias, con mucho respeto y de todo corazón.


P.D. Un réquiem por Michael Jackson, un afro excepcional que nos dejó hace unos días. Su obra se hará cada día más grande. Aparte de ser un cantante y un bailarín fenomenal, Michael rompió barreras de índole racial y revolucionó la industria de los videos musicales. Su alma está ligada a su música, y es así como podrá seguir con nosotros por siempre.


Ann Arbor, Michigan, E.U., 27 de junio de 2009
Para Barûle Gazette

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermano Africano, no es que quiera faltar el Respeto ni nada, al contrario, máximo respeto, pero queiciera saber que piensa del cambio de Color de Michael…
Yo sin juzgar ni nada de eso, el unico que juzga es el más ALTO, pero quiciera conocer alguna idea de este Tema, ya que al último hay un P.D. acerca de Michael…
Lo del estudio es facinante y muy Cultural, que es lo que hace falta para retomar las verdaderas raices, la vida natural…
Saludos, favor contestar en el coment del articulo o al correo jayanez@entel.cl