martes, 11 de agosto de 2009

Adiós a ‘El Guajiro’


Arnoldo "El Guajiro" Iguarán

8 de agosto de 2009

Aunque los más jóvenes no lo conozcan al país le llegó la hora de hacerle una despedida a uno de los grandes futbolistas que ha dado Colombia. De hecho se retiró hace años, a mediados de los 90, pero la despedida se la habíamos quedado debiendo. Hablo de Arnoldo “El Guajiro” Iguarán, o como el Pibe Valderrama lo llamó, “Igua”, el más grande goleador de todos los tiempos en nuestro país. El pasado 7 de agosto se celebró en “El Campín” de Bogotá el partido de despedida de ‘El Guajiro’ con alineaciones del Millonarios de finales de los 80 y la Selección Colombia de comienzos de los 90.

Este afrocolombiano, a mucho honor, nacido en la ciudad de Riohacha en 1957, le dio muchas alegrías al fútbol colombiano en los 80 y 90 gracias a su potencia, su velocidad y una efectividad arrolladora que temían los defensas y arqueros de los equipos contrarios. Era mi ídolo de niñez pues nadie como él sabía encajar la pelota en el arco rival. En una época en la que los delanteros argentinos abundaban y eran idolatrados en los clubes nacionales, Iguarán ponía la cuota criolla en las tablas de goleadores, ¡y de qué manera!

“Igua” siempre fue un jugador serio dentro y fuera de la cancha. Esa seriedad se le notaba en el rostro cuando tenía la pelota en sus pies y era parte de su potente arsenal pues intimidaba al más valiente. Era la carta de presentación de la fuerza con la que avanzaba hacia la meta, con zancadas de gacela y potencia de rinoceronte, que muy pocos podían frenar sin incurrir en faltas, generalmente violentas, porque con el ‘Guajiro’ eso era tarea herculeana. Pero al marcar un gol la calidez de este hombre brillaba en su sonrisa blanca y gigantesca que exhibía al celebrar en compañía de toda la hinchada; de hecho en compañía de toda Colombia cuando el gol era con la Selección.

El afro y el bigote poblado de Iguarán desfilaron por varios clubes colombianos y uno extranjero: Cúcuta, Tolima, Santa Fe, Junior y Millonarios, en Colombia, y Deportivo Táchira en Venezuela. Si hubiera nacido 10 años después, estoy seguro que de se lo habrían peleado clubes brasileros y argentinos, y después españoles, italianos, ingleses y alemanes. No logró brillar en una Copa Mundo porque el pináculo de su carrera se dio cuando Colombia era un equipo de media tabla para abajo en el panorama suramericano. Aunque contábamos con las super lumbreras de Iguarán y Willington Ortiz, ni el resto de los jugadores ni los planteamientos técnicos eran ideales para hacer descollar a la Selección. Iguarán fue incluso ignorado por varios técnicos que veían en él un “jugador de club y no de selección”. Pero hizo muchos goles en Copa Libertadores y fue el único jugador en la primera división del fútbol colombiano que fue goleador dos años consecutivos.

Con la Selección marcó 25 goles, más que cualquier otro jugador, y seguido sólo por Faustino Asprilla, con 20. 4 de esos goles fueron marcados en eliminatorias a mundiales y 10 en Copas América, incluyendo 4 en la de 1987, en Argentina, cuando fue goleador bajo la tutela de Pacho Maturana. La del 87 es una copa que recuerdo especialmente pues a Maturana lo criticaron mucho por haber llevado a Iguarán, a quien la prensa consideraba “muy viejo” para estar allí. Pues bien, marcó un gol en la victoria 2-0 sobre Bolivia y los tres de la victoria 3-0 sobre Paraguay. ¡Qué manera de cerrarle la boca a todos los escépticos! ¡Los tres goles fueron de gran factura, con un despliegue físico impresionante!

Arnoldo Iguarán se retiró del fútbol en 1995, pero apenas ahora se le hace un partido de despedida, en el que jugaron, entre muchos otros, Willington Ortiz y Carlos Valderrama, los dos íconos futboleros más notables de Colombia y grandes amigos de “Igua”. Millonarios y la Selección Colombia se enfrentaron el 7 de agosto en ‘El Campín’ e igualaron 2-2. Iguarán vistió la camiseta amarilla en el primer tiempo, y anotó gol. En el segundo tiempo se vistió de azul y siguió haciendo recordar a los más de 20 mil aficionados que lo acompañaron con el grito de “¡Iguarán! ¡Iguarán! ¡Muchas gracias, Iguarán!”. Con la vista puesta en el futuro ‘El Guajiro’ invitó a su hijo, Carlos Arnoldo, al campo de juego en la última jugada y el pequeño, de unos 10 u 11 años, anotó gol. Si hijo de tigre sale pintado en unos diez años tendremos en Carlos Arnoldo un goleador que nos va a dar muchas alegrías.

Desde Barûle Gazette un gran abrazo de agradecimiento a Arnoldo ‘El Guajiro’ Iguarán, por la entrega, el sacrificio, los goles y la alegría que nos brindó a los colombianos por tantos años. Y especialmente por haber hecho soñar a un niñito que idolatraba a ese delantero hábil, fuerte y veloz, que con las piernas o la cabeza inflaba las redes de cualquier arco rival. Ese niñito, que no se cansaba de gritar “¡goooooooooool de Iguaráaaaaaannnnnn…!”, y que hoy, hecho biólogo, profesor y columnista, agradece todo lo que nos dio uno de los más grandes. ¡Gracias, Guajiro!


Ypsilanti, Michigan, E.U., 8 de agosto de 2009
Para Barûle Gazette

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